Muchos de los enigmas que tenemos sobre el hombre prehistórico han sido respondidos gracias a la Cova de'ls Trocs, ubicada en San Feliu de Veri (municipio de Bisaurri), ocupada sin interrupción desde finales del VI milenio a.C hasta los inicios del II milenio a.C. Su exhaustivo estudio, por parte de investigadores nacionales e internacionales, ha sacado a la luz pavimentos cerámicos únicos, más de 25.000 restos de fauna, sobre todo ovina, fundamental para conocer las rutas trashumantes de ganado en la Prehistoria e, incluso, restos humanos, de adultos y niños, consecuencia de una matanza deliberada. Un hecho singular que ha tenido gran repercusión internacional en el ámbito arqueológico.
Las otras protagonistas de esta ruta cultural son las llamadas construcciones megalíticas construidas con grandes bloques de piedra obtenidas del propio entorno.
Son una manifestación prehistórica común a toda Europa y con especial presencia, y características propias, a lo largo de todo el Pirineo. Ya sean en forma de dolmen o de simples círculos de piedras, ambas nos hablan de pequeñas comunidades humanas que supieron organizarse, desarrollar tecnología para su construcción y, sobre todo, generar pensamientos trascendentales en torno a la muerte.