Juego femenino que, en el pasado, estaba mezclado con rituales celtas y tradiciones ancestrales. Tenía mayor número de manos, hoy perdidas, y se jugaba en todas las plazas, incluso en las entradas de las casas si llovía.
Nueve quilles torneadas de madera de forma trococónica y terminadas en una bola, la del centro llamada nou, tiene tres líneas marcadas que la diferencian. Se enfrentan dos equipos de tres o cinco jugadoras cada una. Consiste en derribar un número de quillas, que varía dependiendo de la mano que se realiza, así como varían las disntancias de tiro marcándose con una línea la posición del pie atrasado, que no se puede mover. Gana el equipo que antes consiga seis manos.
Desde hace aproximadamente 12 años, la “Asociación de Dones de les Quilles de Benás” ha hecho posible que este juego traspase fronteras y se conozca en diversas ciudades españolas y en países, como Francia o Italia. Las mujeres que componen la asociación, unas 22, se reúnen muchos fines de semana para jugar y competir, en este juego tan particular.