Núcleo de rica tradición ganadera, se ha visto sujeta a los cambios propios impuestos por el paso del tiempo. A principios del siglo XX había 3 de sus casas se dedicaban al cultivo y recolección de cáñamo, Casa Chinés, Casa Antonio y Casa Manuel, además del carpintero de Casa Vitorina, el albañil de Casa Manolo y el herrero de Casa Caseta. También se disponía de un molino que estuvo en funcionamiento hasta que en agosto 1963 una fuerte riada lo destruyó.
A lo largo del pasado siglo, el pueblo fue creciendo gracias a la puesta en funcionamiento de la cantera del Castellaso y de las obras de las centrales hidroeléctricas que llevó a cabo La OCISA. La fisionomía del pueblo fue cambiando y el pueblo de Sesué se transformó en un núcleo turístico que se puede disfrutar hoy en día.
Sitios de interés en Sesué y alrededores:
Iglesia parroquial: data del siglo XII y es de estilo romántico lombardo. Se trata de una construcción de una nave culminada en un ábside semicircular. La portada de esta iglesia fue rehecha en el siglo XVI.
Ermita de San Pedro: de estilo romántico lombardo y construida en los siglos XVII al XVIII.
Ermita de San Sadurní: construida entre los siglos XVII y XVIII, se encuentra fuera del núcleo urbano pero vale la pena darse un pequeño paseo hasta ella para ver el escondido edificio y la magnífica panorámica del Valle que se domina desde el promontorio en el que se sitúa.
Sos, el otro pueblo que completa el municipio, es uno de los núcleos menos conocidos del Valle en la actualidad, pero podemos encontrar una larga historia en sus casas y piedras. En el siglo XI su importancia era tal que daba nombre a todo el Valle, ya que se conocía como la Valle Sositana. Su emplazamiento es espectacular, en una pequeña cubeta de origen glaciar y junto a uno de los más impresionantes miradores sobre la parte meridional del Valle. Al lado podrás encontrar además la coqueta iglesia románica de San Andrés. De ella se dice que conserva la sepultura de una reina. Aunque Sos es tierra de leyendas y allí también se cuenta que Galino Galinás robó un cáliz a una princesa mora y, al huir, sus perseguidores le arrojaron tantas piedras que dieron origen a la gigantesca ladera de rocas sueltas de la glera de Chía.